🦦 El huillín y la lucha silenciosa por sobrevivir

Huillín

14 de mayo 2025

Huillín
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Un fantasma en los ríos del sur

Cuando los primeros rayos del sol acarician los bosques húmedos del sur de Chile, entre raíces sumergidas y agua cristalina, algo se mueve. Es un huillín (Lontra provocax), una nutria que pocos han visto y que muchos han olvidado. Pero allí está, como un susurro del agua rota, buscando sobrevivir en un mundo que se desmorona.

En las primeras horas del amanecer, cuando los bosques húmedos de la Patagonia apenas despiertan y el rocío aún cuelga de los helechos, algo se mueve con sigilo entre las raíces sumergidas de un arrayán. Es un huillín. Sus bigotes tiemblan como antenas, escudriñando el agua en busca de crustáceos. Nadie lo ve. Nadie lo oye. Y, sin embargo, está allí: el último guardián de un mundo que se desmorona en silencio.

El huillín (Lontra provocax), también llamado nutria de río chilena, es uno de los mamíferos más enigmáticos y amenazados de Sudamérica. Habita ríos, lagos y costas en el sur de Chile y Argentina. Pero su territorio se ha encogido con el tiempo, al igual que su población. De ser una presencia común en cursos de agua dulce, hoy ocupa apenas el 10% de su distribución histórica. En el lenguaje de la conservación, eso significa una cosa: está en peligro crítico.

Una sombra entre las aguas

El huillín no solo es esquivo; también es poco estudiado, particularmente en lo que respecta a su comportamiento reproductivo. Solo sabemos que, como muchos mustélidos, tiene una alta capacidad reproductiva, pero esta promesa biológica se estrella contra la realidad de un hábitat roto.

Sí sabemos, sin embargo, que los alimentos juegan un papel fundamental en su ciclo vital. Los estudios sugieren que el estado reproductivo influye en la dieta, y que una hembra en gestación o lactancia necesita mayor energía. Pero si la oferta alimenticia se ve afectada, el ciclo reproductivo puede interrumpirse. Y eso está ocurriendo hoy, en muchos rincones del sur de Chile.

El menú del huillín: crustáceos, peces y oportunidad

La dieta del huillín es otro de los misterios que comienzan a develarse. En ambientes de agua dulce, sus presas principales son crustáceos, en especial camarones del género Aegla y Samastacus. En zonas marinas, se alimenta principalmente de peces. Su paladar, sin embargo, es más amplio: se han registrado restos de anfibios, lampreas australes, aves acuáticas, moluscos e insectos en sus fecas.

Un estudio pionero en el humedal de Boroa, en la Región de La Araucanía, reveló algo fascinante: el huillín no solo se alimenta de crustáceos y peces, sino que también incorpora otros ítems como insectos acuáticos, anfibios y hasta restos vegetales —estos últimos probablemente ingeridos de forma accidental. Esta diversidad en la dieta revela un patrón: el huillín es un cazador oportunista, adaptado a los cambios en la disponibilidad de presas.

Pero hay un problema. Los crustáceos, su alimento principal, tienen un bajo valor energético comparado con peces o anfibios. Esto implica que un entorno empobrecido en diversidad puede forzarlo a consumir presas subóptimas, lo cual —según algunos estudios— puede aumentar su riesgo de mortalidad, especialmente durante la cría de los jóvenes.

Un ecosistema en colapso

¿Qué está empujando al huillín al borde de la desaparición?

La respuesta es clara: la destrucción de su hábitat. Las fuentes coinciden en que la pérdida y degradación de los ambientes acuáticos y ribereños es el factor principal detrás del colapso poblacional de esta especie.

Veamos cómo ocurre:

1. Remoción de vegetación ribereña

Los ríos necesitan sombra. El huillín también. La vegetación densa a orillas de los cursos de agua es esencial para que construya sus madrigueras, se refugie de depredadores y encuentre presas. Pero desde la colonización europea se ha practicado la “limpieza de riberas”, eliminando árboles, arbustos y raíces. Con ello, se destruye también el microhábitat de sus presas.

2. Modificación de cursos de agua

Rectificación, canalización, dragado, excavación. Palabras que suenan técnicas, pero que significan una cosa: la muerte del río como ecosistema. En Chile, estas prácticas han sido incentivadas por leyes de irrigación que ven los cursos fluviales solo como canales de distribución de agua, no como hábitats vivos. El huillín pierde sus madrigueras, sus presas y su capacidad de desplazamiento.

3. Contaminación

Aguas servidas mal tratadas, desechos industriales, residuos turísticos: el agua se contamina y las presas desaparecen o enferman. Aunque faltan estudios específicos sobre los efectos tóxicos en el huillín, la ciencia es clara en un punto: un ecosistema contaminado no sustenta vida saludable.

4. Transformación del paisaje

El drenaje de humedales y la expansión agrícola y forestal han sido devastadores. Las plantaciones de monocultivos alteran el suelo, el agua y la biodiversidad. En muchos lugares, el paisaje que otrora fue un mosaico de ríos y pantanos se ha convertido en un desierto verde de pinos y eucaliptos.

5. Urbanización y desarrollo costero

El crecimiento de las ciudades, la expansión inmobiliaria en zonas de alto valor ecológico y la actividad portuaria están invadiendo los últimos refugios del huillín. Los ruidos, las luces y la presencia humana constante lo obligan a desplazarse o abandonar su territorio.

6. Acuicultura intensiva

En zonas costeras, la instalación de balsas jaulas para salmones ha transformado los fiordos. Estas estructuras bloquean rutas de desplazamiento, generan residuos y cambian la composición de especies del ecosistema. Aunque el impacto directo sobre el huillín está poco documentado, los efectos sobre el medio son innegables.

Competencia inesperada: especies invasoras

Como si todo lo anterior fuera poco, el huillín enfrenta una competencia feroz por alimento: el visón americano (Neovison vison), introducido desde Norteamérica para la industria peletera y hoy asilvestrado, compite directamente con el huillín en muchos de sus hábitats.

Un estudio con isótopos estables en la cuenca de los ríos Toltén y Allipén reveló que tanto el huillín como el visón consumen preferentemente salmón Chinook y camarones de río, lo que indica una alta sobreposición trófica. En otras palabras, ambos dependen de las mismas presas. A diferencia del huillín, el visón tiene mayor plasticidad, es más agresivo y se adapta bien a hábitats perturbados. Es una amenaza silenciosa que ya ha causado estragos en otros ecosistemas del mundo.

El valor de un fantasma

A pesar de todo, el huillín resiste. Es, en muchos sentidos, un símbolo de lo que fue y de lo que aún puede salvarse. Su presencia en un río o un lago es señal de que el ecosistema funciona. Su desaparición es un llamado de alerta.

Los científicos lo consideran una especie paraguas, es decir, que su protección implica la conservación de un conjunto de especies y procesos ecológicos. También es un bioindicador, un termómetro de la salud ambiental. Si el huillín está bien, el río está bien. Si el huillín desaparece, algo anda muy mal.

El futuro escrito en el agua

Hoy, más del 70% del hábitat potencial del huillín no cuenta con protección legal. Los esfuerzos de conservación existen —planes, monitoreos, campañas educativas—, pero siguen siendo insuficientes frente a la magnitud del problema. Lo que el huillín necesita no es solo un lugar donde esconderse, sino ecosistemas funcionales: ríos con caudal natural, humedales vivos, vegetación nativa, agua limpia y presas abundantes.

Pero también necesita conocimiento. Aún ignoramos muchos aspectos de su biología. ¿Cómo se reproduce exactamente? ¿Qué factores influyen en la supervivencia de sus crías? ¿Qué estrategias podrían mejorar su éxito reproductivo en hábitats degradados?

En el silencio de un arroyo en el sur de Chile, una hembra huillín amamanta a sus crías dentro de una madriguera oculta bajo raíces entrelazadas. El agua corre, clara aún, por entre piedras musgosas. Es una escena que casi nadie ve. Y, sin embargo, representa una esperanza.

Si escuchamos el susurro del agua, si protegemos los humedales, si restauramos los ríos, el huillín tendrá una oportunidad. Y con él, toda una red de vida acuática que depende de los mismos ecosistemas.

El futuro de esta nutria es el futuro del agua limpia. El futuro del agua es, también, el nuestro.

El huillín, también conocido como nutria de río chilena o lobito de río, es un mamífero semiacuático de la familia Mustelidae. Vive en ambientes de agua dulce y costeros del sur de Chile y Argentina. Sin embargo, su presencia se ha reducido drásticamente: actualmente ocupa solo el 10% de su distribución histórica.

La UICN y el Ministerio del Medio Ambiente de Chile lo clasifican como En Peligro. Es probable que sea la especie de nutria con la menor distribución geográfica a nivel mundial.


Comportamiento reproductivo: el gran misterio

El ciclo reproductivo del huillín está poco documentado. Esta falta de información complica los esfuerzos de conservación.

Sí se ha observado que su reproducción podría estar ligada a la disponibilidad de alimento, lo cual hace que la degradación del hábitat tenga un impacto directo sobre su éxito reproductivo.


La dieta del huillín: más que crustáceos

🦐 Alimentos principales

  • En ambientes de agua dulce, consume sobre todo crustáceos (géneros Aegla y Samastacus).
  • En zonas marinas, su dieta se basa principalmente en peces.

🐸 Una dieta diversa y oportunista

Estudios recientes han revelado que el huillín también se alimenta de:

  • Anfibios, como la rana chilena.
  • Lampreas australes (Geotria australis).
  • Moluscos, insectos acuáticos y aves.
  • Incluso restos vegetales y semillas de ciperáceas (probablemente ingeridas accidentalmente).

Esto lo convierte en un depredador generalista y oportunista, capaz de adaptarse a la disponibilidad de presas en su entorno.

📊 Caso de estudio: Humedal de Boroa

Entre 2003 y 2005 se realizó un estudio clave en el humedal de Boroa, Región de La Araucanía, Chile:

  • Confirmó que los crustáceos seguían siendo el alimento principal.
  • Detectó por primera vez insectos acuáticos en su dieta.
  • Se observó una mayor variedad de presas respecto a estudios anteriores.

Variaciones estacionales

  • Peces: más consumidos en temporada seca.
  • Anfibios y vertebrados pequeños: más presentes en temporada lluviosa.

Este tipo de plasticidad trófica es clave para la supervivencia del huillín en hábitats alterados por el ser humano.


Destrucción del hábitat: la principal amenaza

🚫 Factores que degradan el entorno del huillín

  1. Remoción de vegetación ribereña
    Destruye los refugios y afecta la cadena alimentaria acuática.
  2. Modificación de cursos de agua
    Canalizaciones, drenajes y obras hidráulicas alteran el flujo natural.
  3. Contaminación del agua
    Vertidos industriales, aguas servidas y basura afectan a las presas y al propio huillín.
  4. Transformación del paisaje
    Drenaje de humedales, monocultivos forestales y agricultura intensiva destruyen hábitats enteros.
  5. Urbanización
    Las construcciones en zonas costeras y ribereñas invaden el territorio del huillín.
  6. Acuicultura intensiva
    Las jaulas salmoneras interfieren con su hábitat marino y lo exponen a contaminantes y enfermedades.

Competencia invasora: el visón americano

El visón americano (Neovison vison), introducido en Chile para la industria peletera, representa una competencia directa por alimento.

Un estudio con isótopos estables en la cuenca de los ríos Toltén y Allipén reveló que:

  • Tanto el huillín como el visón consumen camarón de río y salmón Chinook.
  • Existe una alta sobreposición trófica entre ambas especies.
  • El gato doméstico, en cambio, mostró preferencias distintas (aves y gallinas).

El visón, más adaptable y agresivo, representa una amenaza silenciosa para la nutria nativa.


El huillín como bioindicador y especie paraguas

El huillín es considerado:

  • Un bioindicador: su presencia señala la buena salud de los ecosistemas acuáticos.
  • Una especie paraguas: protegerlo implica conservar ríos, humedales y riberas, beneficiando a muchas otras especies.

¿Por qué conservar al huillín?

Proteger al huillín no es solo salvar a un animal carismático y esquivo. Es también:

  • Preservar la calidad del agua que consumimos.
  • Mantener ecosistemas funcionales.
  • Salvaguardar la biodiversidad acuática.
  • Respetar los derechos ecológicos de las generaciones futuras.

📌 Recomendaciones para la conservación

  • Restaurar riberas y proteger vegetación nativa.
  • Detener la modificación artificial de cursos de agua.
  • Regular estrictamente la acuicultura intensiva.
  • Controlar especies invasoras como el visón.
  • Promover investigación científica sobre su biología.
  • Incluir al huillín en políticas públicas y planes de ordenamiento territorial.

🦦 Enlaces útiles

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