Picaflor de Arica (Eulidia yarrellii)

Picaflor de Arica
Picaflor de Arica

8 de febrero 2022

El picaflor de Arica emite un canto muy suave que evoca el sonido de las cigarras. Ancestralmente, vivió en los valles del sur del Perú donde actualmente está extinto, mientras en el Norte de Chile su situación actual es crítica.

Durante cuatro décadas, esta especie pasó de ser apreciada como el picaflor más común de los valles del norte de Chile a ser el más escaso, por lo cual fue declarado “en peligro crítico de extinción”. Desde la primera estimación que se hizo de su población en el 2003, esta comunidad ha reducido su tamaño un en 83,4 %.

Por su amplitud y gran abundancia de flores, hasta el año 2008 Azapa albergaba la mayor población del picaflor de Arica. Sin embargo, gran cantidad de su territorio ha sido quemado, transformado en zonas de cultivos, viveros o cubierto con basura y otros desechos, perdiendo drásticamente su hábitat.

La presencia de árboles es muy importante para la existencia de la especie. La mayoría prefiere habitar zonas que tienen una superficie de 10 a 30 % cubierta de árboles porque, especialmente los frutales, cumplen un rol importante en su proceso de reproducción. Además del arbolado, otro elemento relevante para esta ave es la presencia de flores productoras de néctar.

Este es el principal componente de la dieta y debido al pequeño tamaño de su pico, el picaflor de Arica tiende a visitar flores más apropiadas para insectos que para aves. Se alimenta en vuelo haciendo visitas muy cortas a cada flor (probablemente debido al bajo contenido de néctar de la mayoría de ellas). Pero también se ha observado alimentándose posado sobre las flores, lo que le permite ahorrar energía.

Este alimento, si bien es muy importante, no contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo de esta ave. Así que las proteínas son obtenidas de pequeños insectos que cazan al vuelo. Al analizar fecas de polluelos se detectaron presas pertenecientes a arácnidos, coleópteros, mosquitos y larvas en general.

Aparentemente durante el período posterior a la reproducción, un porcentaje importante de la población del picaflor de Arica se desplaza a la zona de la prepuna donde aprovechan la floración producida por las lluvias de verano. Aunque la utilización de esta flora no ha sido evaluada directamente, considerando que existe un alto número de especies potencialmente útiles para el picaflor de Arica. Entre estas destacan numerosas Fabaceae de los géneros Adesmia, Astragalus y Lupinus, Cactaceae del género Opuntia, Solanaceae (Solanum) y algunas Asteraceae como Muticia, Chuquiraga, Senecio, etc.

El bosque y la reproducción

Mientras que los territorios de los machos suelen estar asociados a la presencia de alimento principalmente chañar, los sitios de nidificación están presentes en áreas con árboles y desprovistas de flores atractivas para las aves.

Los machos son altamente territoriales aunque no defienden un sector reproductivo propiamente tal. Durante la época de nidificación los machos realizan un despliegue de posesión de su espacio formando una “U” entre las perchas. Ascienden rápidamente desde una y se detienen por algunos segundos a unos 8-12 m sobre el suelo, posteriormente bajar y vuelve a subir en el otro extremo de la “U”. Este comportamiento se puede repetir varias veces.

Este tipo de despliegue probablemente tiene un rol más importante para la competencia entre machos que como cortejo para las hembras. El único cortejo que se ha observado, involucra una serie de movimientos laterales muy rápidos del macho con las plumas de la garganta erizadas y enfrentando a una hembra perchada dentro de un arbusto.

Los machos no participan en el proceso de cuidado de las crías, son las hembras las encargadas de construir el nido, lo crean formando una copa para lo que puede usar lana de ovejas, plumas, fibras vegetales y telas de araña.

En un estudio realizado en Chaca entre 2006 y 2008, la mayoría de los nidos fueron encontrados en un área de no más de 2 hectáreas de olivos. Por otro lado, la ausencia de nidos en árboles de cítricos (10% del área) indica que el picaflor de Arica puede estar evitando estos árboles para nidificar.

De un total de 76 nidos estudiados, la mayoría de ellos (86 %) fueron observados en olivos y unos pocos (12 %) en árboles de mango. Únicamente dos nidos han sido observados en los árboles nativos sauce amargo (Salix humboldtiana) en Codpa y pimiento molle (Schinus molle) en Camarones y uno en una brea (Tessaria absinthioides) en Chaca. Con esta evidencia se abren nuevas oportunidades para reforestar con otras especies que le sean útiles al picaflor de Arica.

El beneficio de los olivares como sitio de nidificación para esta especie es compartido positivamente por diversas aves de los valles del norte de Chile. Una explicación potencial es que los olivos pueden haber reemplazado a formaciones boscosas desaparecidas hace tiempo producto de la actividad del hombre.

Durante los años de estudio en Chaca, se registró una densidad de 9,3 a 14,3 nidos activos por hectárea. La altísima concentración de nidos probablemente se asocia a una falta de comportamiento territorial de las hembras. De hecho, en algunos casos se encontraron algunos nidos simultáneamente activos a unos pocos metros unos de otros. Tampoco se observaron comportamientos de defensa del nido, en contraste con las evidentes agresiones manifestadas por las hembras en torno a los sitios de alimentación.

El período de incubación varía entre 16 a 19 días y la duración del período de polluelos fluctúa de 27 a 35 días. Aparentemente, las crías son capaces de abandonar el nido varios días antes, pero “prefieren” quedarse por más tiempo. Así, se estima que la duración del período de reproducción (sin considerar la duración de la construcción del nido) es aproximadamente de 48 días, lo que representa un período muy largo para el común de los picaflores. Este factor junto con el corto período de floración de las principales especies consumidas por el picaflor de Arica sugieren que son pocas las posibilidades que las hembras puedan tener dos nidadas.

Un intento de revertir su inminente extinción es la creación del Monumento Natural Picaflor de Arica. Ubicada a 50 km al sur de Arica, en el valle de Chaca, el monumento es la primera micro-reserva de una red de sitios dentro de la Región de Arica y Parinacota con la que se busca la recuperación del ave. En sus 10,8 hectáreas de superficie, resguarda también vegetación propia del bosque espinoso tropical interior, compuesta por el chañar (Geoffroea decorticans) y el algarrobo (Prosopis alba), cuyos relictos no contaban con protección.

Enlaces a las fuentes

"Especie Piclafor de Arica, Ministerio del Medio Ambientel".Picaflor de Arica.Lista Roja UICN.Picaflor de Arica. Clasificación de especies del Ministerio del Medio Ambiente.